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Cuando la mochila está pesada, Él siempre está para cargarla contigo.

Seguimos en nuestra serie "Cómo ser Feliz”; y hoy Marce nos habla de Cómo mantener los ojos en nuestra alegría eterna; aún cuando las situaciones negativas abruman nuestro ser, y hacen que los momentos de disfrute se esfumen con el tiempo.

Para mantener los ojos en lo eterno y llenarnos de amor y alegría debemos:

•Cambiar la felicidad temporal por la alegría de Jesús: Dejar de definir nuestra felicidad por lo que tenemos, logramos o nos hace falta. La alegría que nos expone Jesús está garantizada sin contabilizar nuestras posesiones.

•Soltar el globo: Dejar la puerta abierta para que cosas nuevas lleguen a tu vida. Lo que retenemos es realmente lo que nos detiene y no nos deja agradecer nuestro presente. Practiquemos el desapego y la gratitud del alma.

•Olvidar el pasado: no te condenes por los malos momentos que tuviste, los fracasos o las decepciones; eso no te define… lo que sí lo hace, es tener la identidad de ser un ciudadano celestial en el plano terrenal con un propósito. Suelta las cadenas que te atan.

En CASA te abrazamos, te entendemos y te acompañamos en tu dolor siempre; y por ello, te invitamos a tener una relación con Jesús, a tu tiempo

Un buen líder siempre está evaluando sus intenciones. Cuando entiendes tu espacio como una oportunidad para servir a otros las cosas cambian. Sé como estrella en la oscuridad, en vez de quejarte empieza a activar la luz que fue puesta en ti.

La manera en que pensamos, afecta la felicidad. Aunque no veas resultados Dios todavía está trabajando y Él va a terminar su plan. Lo que vives y la manera en que lo leas determinará como lo experimentas.

Cuando compartes tus cargas, te liberas y abres puerta a nuevas experiencias y oportunidades. Alimenta tu alma, pon tu relación con Dios en el centro y recuerda que no estás solo. Tu futuro es más grande de lo que imaginas.

Cuando tú te enfocas las cosas se acomodan. Tu vida es un vehículo de sanidad para otros. El propósito no es estar en todos lados sino en los lugares correctos. Que mientras estés vivo estés tan presente que no se te pierda nada.