A éstas alturas ya no es novedad que la Suprema Corte declarará invalidará la reforma al Poder Judicial de la Federación. Así lo deja ver el proyecto de 336 páginas que el Ministro Juan Luis González Alcántara Carrancá ha elaborado para su discusión en el pleno de ésta institución y que propone los siguientes efectos: Invalidar la elección de jueces y magistrados; Invalidar la elección de jueces locales; Invalidar lo referente al Tribunal de Disciplina Judicial; Sobreseer lo referente a la corte e invalidar las medidas contra el juicio de amparo. Recordemos que el ministró González Carrancá fué propuesto por Andrés Manuel López Obrador y como no hace lo que el dictadorzuelo quiere, ya la izquierda lo acusa de formar el “cártel de la toga” o de ser un “traidor” a la patria. Términos que usan muy a la ligera y demasiado frecuentemente para mi gusto, ya que son aplicados a quien quiera que les niegue sus caprichos. Sin embargo, no puedo dejar de expresar mi reconocimiento al ministro González Carrancá porque demuestra su lealtad, ante todo, a la Constitución misma del país que, mal que bien, hemos formado. Si algo se necesita en el país son personas como él, personas que estén comprometidas no con su origen sino con ellos mismos y con la Ley. Porque la Ley es la Ley. Necesitamos personas que no hagan caso de las estériles discusiones de líderes de barro que exigen que todos los ciudadanos hagamos a un lado nuestras convicciones personales y que olvidemos nuestros ideales por un sueño que es imposible de crear. González Alcántara cumple con su deber de defender la constitución recordando que la Suprema Corte debe resolver con celeridad en favor del Estado Constitucional y Democrático de Derecho. Un aplauso les pido a todos para él. Estoy seguro que los demás ministros le harán segunda si presumen de querer un Estado Constitucional. No puedo decir lo mismo del goberno federal en su rama del Poder Ejecutivo. La función de éste poder es acatar las leyes y es lo último que han estado haciendo. Desde la presidencia de la república, la vida de los mexicanos se ha vuelto un juego en donde gana el que acumule más poder y cumpla mas caprichos. Por eso utilizan el discurso de el famoso “pueblo” y su voluntad cuando realmente es la voluntad de unos cuantos que quieren implantar un régimen de terror en México. Razón por la que no están haciendo su trabajo sino buscando culpables de todo aquello que consideran está mal aunque no sea lo que se requiere para que los ciudadanos tengan una mejor vida con un nivel adecuado a lo que merecemos. Las pruebas son fáciles de dilucidar si ponemos atención: aquellos que se dicen a favor de destruir las instituciones que dan certeza a los mexicanos no pueden reconocer ni siquiera que la situación esta peor que antes. No pueden reconocer que la inseguridad crece y aseguran que ahora se vive con mas tranquilidad que antes aunque ellos mismos vivan en los estados en donde la inseguridad ha aumentado mas: Sinaloa, Michoacán, Zacatecas o Estado de México. Ayer mismo asesinaron a Lizbeth Romero, directora de seguridad pública de Angamacutiro, Michoacán. Un caso mas de feminicidio que da cuenta del nivel que tenemos de seguridad y de como la violencia del narco está tomando el control del país ante la inacción de un gobierno que parece estar mas preocupado por lo que dirá la suprema corte de justicia de la nación que por prevenir y resolver los asesinatos de los ciudadanos que están indefensos ante el crimen. En tan solo 24 días de éste sexenio, las estadísticas muestran que mil setecientas noventa y dos personas fueron asesinadas en México, de acuerdo con datos del Informe de Seguridad del gobierno federal. Pero todo está bien, dicen ellos. Y no estamos contándooslas a los desaparecidos y el sub registro de asesinatos que se sabe el gobierno de ésta última figura presidencial oculta.