Alberth Elis pasó su niñez jugando futbol en uno de los barrios más peligrosos de San Pedro Sula, Honduras. Muchos de sus compañeros de infancia fueron víctimas de violencia o drogas y algunos terminaron en la cárcel. Pero desde muy temprana edad, los padres de Alberth le inculcaron a él y su hermano el amor y disciplina por el futbol y la importancia de cumplir con sus estudios. Así fue como el joven delantero empezó a jugar en las ligas profesionales, donde logró anotar goles que llevarían a su país a las olimpiadas de 2016. En Brasil anotó múltiples goles, incluyendo el gol triunfador contra Corea del Sur que los colocó en el cuarto lugar. Ahora, a sus 23 años, juega con los Houston Dynamos, donde también ha obtenido triunfos importantes para el equipo de la MLS. A pesar del éxito y fama, Alberth mantiene los pies sobre la tierra y nunca se olvida de sus raíces. Por eso, su nueva misión es apostar por el futuro de otros jóvenes como él, donando computadoras a escuelas de bajos recursos y compartiendo su tiempo con ellos para inspirarlos a que realicen sus sueños.