Primero Dios, con Gerardo Farías Gerardo

El relato de la muerte de Moisés, es bastante breve. Esta parte del libro, obviamente tuvo que haber sido escrita por un tercero, probablemente Josué. ¿Qué debemos considerar? Moisés murió cuando tenía 120 años. Dice que tenía buena vista, y aún se mantenía fuerte. Dios le mostró la Tierra Prometida. Pero no le permitió entrar en ella. Parece injusto. Moisés dirigió y soportó al pueblo y sus rebeliones durante 40 años en el desierto. Moisés fue el hombre que Dios usó para sacarlos de Egipto. Más aún así no pudo entrar al lugar que Dios había escogido para ellos. Y Moisés quería entrar. No entró por un pecado que cometió, cuando en vez de hablar con la Roca, para que les diera agua, la golpeó. Desperdició una gran oportunidad para santificar al Señor, y desobedeció lo que el Señor le había dicho que hiciera. Moisés no entró a la Tierra Prometida por ese pecado. La pregunta es: ¿Qué pecado podría dejarnos a nosotros fuera de la Tierra Prometida? Debemos escudriñar nuestras vidas, y ver en qué aspectos podríamos estar fallando, o desobedeciendo al Señor. La buena noticia es que Dios no es cruel. Él es un Padre de amor y misericordia. Moisés no entró en a Tierra Prometida, pero el Nuevo Testamento nos muestra de que Él ya está el cielo. El libro de Judas nos presenta la resurrección de Moisés. No pudo entrar a la Tierra Prometida, pero Dios lo llevó a su presencia, al cielo. Dios siempre tiene planes y sueños mucho más grandes que los nuestros. Caminemos fielmente delante del Señor. No nos apartemos de sus caminos. Que el Señor te bendiga. 

Moisés estaba en el monte Nebo, desde dónde el Señor le permitió contemplar la Tierra Prometida. La podría ver, pero no podría entrar en ella. En ese mismo monte iba a morir. Pero antes de morir, Moisés pronunció esta bendición sobre el pueblo de Israel. Él bendijo a todas las tribus, con excepción de Simeón, ya que su territorio estaba rodeado por el de sus hermanos. Estas bendiciones representan el deseo de Moisés para cada una de ellas, y también reflejan alguna característica de cada tribu. Pero al terminar, Moisés les recuerda a todas ellas que Dios es su refugio. Dios es el escudo de Israel, y también su espada triunfante. Dios es quien los ayuda y los defiende. Las bendiciones siempre proceden del Señor. Él puede fortalecer y enriquecer a un pueblo. Pero nunca debemos olvidar que es Dios quien bendice. No debemos pensar que se trata de suerte, ni de mi habilidad y fuerza, sino que todo lo que tenemos, lo recibimos del Señor, por su amor y misericordia. Que el Señor te bendiga. 

La música es una herramienta poderosa para grabar las verdades bíblicas en nuestra mente. Se puede usar para memorizar grandes porciones de la Biblia. Dios le instruyó a Moisés que escribiera este cántico, y se lo enseñara al pueblo. ¿Qué es lo que más se destaca en este cántico? La fidelidad de Dios, y la infidelidad del pueblo de Israel. Dios se describe a sí mismo como una Roca - fuerte, inamovible, estable; un verdadero refugio para su puebo. Dios hizo muchos milagros por su pueblo para sacarlos de Egipto. Ahora Dios haría nuevos milagros para demostrarles su presencia, y cómo Él les daría la victoria sobre muchos pueblos. Pero en contraste con la fidelidad de Dios, el pueblo, luego que se estableciera, y tuviera paz, se olvidarían de Dios. Le provocarían con ídolos y dioses falsos; y por apartarse y olvidarse de Dios, Dios los dejaría a su suerte. Y Dios buscaría a otro pueblo, para provocarles a ellos a celos. Ese otro pueblo serían los gentiles, a quienes Pablo les predicaría el evangelio, y ellos lo aceptarían, convirtiéndose así en Hijo de Dios. No te alejes de Dios. No dejes que la prosperidad y la abundancia te hagan olvidarte de Dios. Permite que Dios siempre sea tú única Roca y Salvación. Que el Señor te bendiga. 

No te dejará ni te abandonará. Está es la promesa de Dios para Josué. Josué tendría la gran labor de ser el sucesor de Moisés. Él tendría a cargo la conquista de la Tierra Prometida y la repartición de la misma. No sólo tendría que enfrentar grandes enemigos. Moisés le advierte sobre lo que pasaría con el pueblo - si ya eran rebeldes aún con Moisés, después de su muerte se alejarían aún más del Señor. Vemos que esta idea se vuelve a repetir - el pueblo en el futuro se apartaría del Señor, y entonces Dios se apartaría de ellos; y cuando eso sucediera, serían aplastados por sus enemigos. Uno de los principios más importantes de la Biblia, es la fidelidad a Dios. De eso depende la bendición de Dios. No podemos esperar que Dios nos proteja y nos libre de nuestros enemigos, si nosotros le damos la espalda. La obediencia es clave para que la presencia de Dios este conmigo. Pero es aún más interesante, que la Ley debía ser leída cada 7mo año, para que las nuevas generaciones aprendieran a temer al Señor. Y además se les daría a conocer el cántico de Moisés, para que através de la música, los principios de obediencia y fidelidad se grabaran en su mente y en su corazón. No te apartes del Señor. Y si estás lejos, vuelve. El Señor es paciente y misericordioso. No esperes a que sea demasiado tarde. No sea que tengas que experimentar su ira. Que el Señor te bendiga. 

Este es el llamado solemne que le hace Moisés al pueblo de Israel antes de morir. Ellos estaban por entrar a la Tierra Prometida; y Moisés estaba ya por morir (Dios no le permitió a Moisés entrar en la Tierra Prometida). ¿Qué les pide? Que elijan la vida. Que elijan a Dios - Dios es la vida del pueblo de Israel. Moisés, en los capítulos anteriores, ya les había presentado las bendiciones (por seguir a Dios) y las maldiciones (por apartarse de Él). Lo más interesante de éstos capítulos, es que Moisés, proféticamente, predice el destierro. Él pudo ver que en el futuro, Israel se apartaría de Dios, y por lo tanto, serían castigados por el Señor. Dios los enviaría muy lejos, y los esparciría por las naciones. Pero también vemos que Moisés predice el retorno del cautiverio. ¿Cuál era la condición? El arrepentimiento, y el volver a amar al Señor con todo su mente y con todo su ser, haría que el Señor los fuera a buscar, para traérlos de regreso. El llamado de Moisés sigue vigente: debemos elegir a Dios. Debemos elegir a Jesús. Pablo en el libro de Romanos, capítulo 10, cita éste capítulo, y señala a Jesús cómo la Palabra de Dios, que bajó del cielo para traernos salvación. Cree en Jesús, guarda sus mandamientos, y alcanzarás la salvación. Que el Señor te bendiga. 

La carta de divorcio tenía un objetivo muy claro: proteger a la mujer, y procurar la pureza dentro de la sociedad. Protegía a la mujer, porque le daba libertad para volverse a casar. Se sobreentiende que esto solo era posible si su primer matrimonio no se había consumado. La Ley es muy clara, si después de divorciada, se volvía a casar, y su segundo esposo moría, o también se divorciaba de ella, ella no podía volver con su primer marido. Volver con e primer marido hubiera sido una forma de contaminar la tierra. Dios espera pureza por parte de su pueblo. Pero debemos saber, que a la luz de las enseñanzas de Jesús, Él nos enseña que esta Ley se dio por causa de la dureza del corazón de los hombres. El divorcio no es la voluntad de Dios para nuestras vidas. Jesús dijo: "Lo que Dios juntó, no lo separe el hombre". Según el Señor Jesús, la única causa válida para un divorcio, y un nuevo matrimonio, es el adulterio. Debemos prestar atención: estas leyes son para progeter a los más débiles: en este caso, las mujeres, los extranjeros, las viudas, los pobres, y los húerfanos. Con respecto a la cosecha: no se debía cosechar todo. Se debía dejar algo en los campos para que los pobres pudieran recoger algo para comer. A los pobres que pedían prestado, no se les debía quitar su capa, para que tuvieran con que protegerse del frío. Dios promete bendecir a su pueblo, cuando este tenga misericordia de los más débiles. Dios aborrece el egoísmo. Busquemos formas de siempre pensar y ayudar a los más necesitados. Que el Señor te bendiga.