"en mayo de 1969, en su arenga “La curación del sufrimiento”, a los pies del Monte Aconcagua, en Punta de Vacas Argentina, cuando Silo gritó que: “¡este mundo está por estallar!” y, que “no existen salidas falsas para la violencia en el mundo”... Desde aquel gesto emblemático hasta el día de hoy, el ánimo inquebrantable e infatigable que ha movido toda la obra siloista, parece haber tenido un solo objetivo: exhortar al corazón del ser humano a superar el sinsentido de la vida y a asumir una actividad y militancia a favor de la humanización del mundo."