Los estímulos ocultos de forma que hasta un niño lo entendería. Imagina que estás pescando, pero en vez de usar un anzuelo normal, usas uno que el pez ni siquiera ve venir, pero por alguna razón no puede resistirse a morder. Eso es un estímulo oculto. No es la carnada lo que el pez ve, es algo que activa una reacción casi instintiva en su cerebro y le hace morder.  En el mundo de las ventas, los estímulos ocultos son como esos anzuelos invisibles. No son las características del producto que le echas en cara al cliente, sino pequeñas señales psicológicas o emocionales que conectan con algo interno en la persona, como sus miedos, deseos, o necesidades que ni ellos saben que tienen. Al final, lo que consigues es que el cliente se sienta atraído hacia tu producto o servicio casi por inercia, sin que haya una venta agresiva de por medio. Visita mi entrenamiento gratuito V.E.N.T.A.S en automático, fliparás:  Déjame tus comentarios y dame una valoración por favor. Si te suscribes al podcast ganamos tod@s.