Description
Queridos mediadores de seguros,
La carrera que estáis corriendo no requiere que estéis completamente preparados al inicio, sino que os preparéis en cada paso. Estar en esta competencia es una constante evolución.
Y sí, tal vez os encontréis temblando ante el desafío de una venta difícil o ante la presión de superar vuestras propias expectativas. Pero que el temblor no os confunda, porque no es sino la vibración de una determinación inquebrantable que os mantiene firmes y en pie.
Decidme, ¿quién de vosotros no se ha sentido alguna vez preocupado y emocionado al mismo tiempo? Esta mezcla de emociones es el motor que nos impulsa hacia adelante, permitiéndonos sentir y vivir plenamente.
Y claro, todos hemos tenido nuestras emociones pisoteadas alguna vez, pero aún así, hemos elegido perdonar. Esto no nos hace débiles. Nos hace humanos, capaces de entender que en la complejidad de nuestras emociones y experiencias está nuestra verdadera fuerza.
Las contradicciones, lejos de paralizarnos, son las que nos dan forma, las que nos moldean como los seres resilientes que somos. Aceptarlas es aceptar nuestra humanidad completa, y utilizarlas, nuestra mayor habilidad.
Porque sí, incluso en la duda, incluso en el acto de perdón, incluso en la alegría entremezclada con miedo, estamos avanzando, estamos creciendo, estamos siendo más auténticos y más verdaderos hacia lo que somos y hacia lo que seremos.
Así que cuando dudáis, recordad que estas contradicciones no os debilitan, os hacen más fuertes, más sabios, y sobre todo, os hacen únicos en vuestra capacidad de comprender y de conectar, tanto con vosotros mismos como con vuestros clientes.
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En este día, estamos aquí reunidos como creadores de nuestro propio destino. En vuestras manos yace la habilidad única de construir puentes de seguridad sobre la incertidumbre de la vida de vuestros clientes, y, es justo en ese poder, donde radica vuestra grandeza.
No es desconocido para mí los desafíos a los que os enfrentáis cada día. Os veis pequeños en un sector que parece estar hecho solo para gigantes. El reloj es vuestro eterno rival, las horas faltan mientras las peticiones de vuestro tiempo sobran. La venta, esa danza de persuasión y confianza, a veces os lleva al tropiezo, más que al triunfo. Vivís saltando de meta en meta, sin sentiros nunca satisfechos, y el eco en vuestras cabezas os repite que nunca es suficiente, que la felicidad y la abundancia son solo espejismos en el desierto de vuestra realidad.
Pero hoy, hoy les digo: ¡Basta! Porque la mentalidad de carencia no tiene cabida en el corazón de un campeón. Vosotros sois los maestros de la resiliencia, los arquitectos de vuestra vida y de vuestro éxito.
¿Cómo definimos el éxito? Es algo muy personal. No se mide por la cuantía en vuestra cuenta bancaria, ni por los aplausos de una multitud, sino por la satisfacción profunda de saber que estáis en vuestro camino auténtico, alineados con vuestros valores más profundos.
Os invito al poderoso proceso de eliminación: identificad lo que no sirve, lo que os detiene, y dejadlo atrás. Abrazad el error no como un fin, sino como un inicio, una oportunidad para crecer y para aprender. La culpa y el arrepentimiento no tienen otra función más que la de enseñarnos y, una vez que hemos aprendido la lección, deben quedar atrás.
Sed los constructores incansables de vuestra existencia, estudien sus hábitos, sus prácticas, sus rutinas y pregúntense: ¿Esto me acerca a mi versión más auténtica, a mi alegría y éxito verdadero? Convertid cada equivocación en una lección, una página que se vuelve para descubrir un nuevo capítulo lleno de sabiduría y posibilidades.
Así que os convoco a ser valientes y valientes, a ser esa luz verde que brilla con esperanza y con certeza: las luces amarillas y rojas eventualmente también se tornarán verdes. Esta es vuestra carta de amor