Audio libro Deja de ser tú Dr. Joe Dispenza parte 7
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Supervivencia frente a creación: Cada vez que alteramos el equilibrio químico del cuerpo, se produce lo que llamamos «estrés». La respuesta de estrés es la manera innata del cuerpo de responder a lo que le hace perder el equilibrio y a lo que hace para recuperarlo. Los seres humanos, a diferencia de los animales, activamos la respuesta de lucha o huida con un simple pensamiento puede no tener que ver con las circunstancias presentes. Podemos activar la respuesta de lucha o huida al anticipar alguna situación. Y lo peor de todo es que podemos desencadenar la respuesta de estrés al recordar un episodio infeliz urdido en el tejido de nuestra materia gris. Así pues, tanto si anticipamos una experiencia que nos produce la respuesta de estrés como si la recordamos, el cuerpo está existiendo en el futuro o en el pasado. Convertimos por desgracia las situaciones estresantes breves en largas. ¿Y qué ocurre cuando sigues movilizando toda esta energía para alguna emergencia? Si estás gastando toda tu energía en algún problema del mundo exterior, te quedará muy poca para tu mundo interior. El sistema inmunológico, que controla tu mundo interior, no tiene suficiente energía para el crecimiento y la regeneración. Y acabas enfermando. Esto es una conducta desadaptativa. Cuando este estado de emergencia dura demasiado, la respuesta de lucha o huida usa la energía que tu medio interno necesita. El cuerpo le roba esta energía vital al sistema inmunológico, al sistema digestivo y a los sistemas endocrinos, entre otros, y se la envía a los músculos para que puedas luchar contra un depredador o huir del peligro. Pero en tu situación esto sólo te perjudica. Desde una perspectiva psicológica, la sobreproducción de hormonas del estrés genera emociones humanas de ira, miedo, envidia y odio; fomenta sentimientos de agresividad, frustración, ansiedad e inseguridad; y provoca experiencias de dolor, sufrimiento, tristeza, desesperanza y depresión. La mayoría de la gente se pasa la mayor parte del tiempo preocupándose con pensamientos y sentimientos negativos. ¿Es porque la mayoría de las cosas que nos ocurren son negativas? ¡Claro que no! Tienen una actitud tan negativa porque viven anticipando el estrés o re-experimentándolo con los recuerdos, por eso la mayoría de sus pensamientos y sentimientos están motivados por las fuertes hormonas del estrés y la supervivencia. Cuando se activa la respuesta de estrés, nos centramos en tres elementos muy importantes: • El cuerpo (Debo protegerlo). • El entorno (¿Adónde puedo ir para huir de la amenaza?). • Tiempo (¿Cuánto tiempo tengo para evitar esta amenaza?) Los humanos estamos tan dominados por los Tres Grandes porque vivimos en un estado de supervivencia. La respuesta de estrés y las hormonas que secreta nos obligan a centrarnos (y obsesionarnos) en el cuerpo, el entorno y el tiempo. Por eso empezamos a definir nuestro «yo» en el marco del reino físico, nos volvemos menos espirituales, menos conscientes, menos atentos y menos lúcidos. Y lo peor de todo es que vivimos temiendo que si estos problemas desaparecieran no sabríamos qué pensar ni qué sentir, ni experimentaríamos el torrente de energía que nos hace recordar quien somos. A la mayoría de personas nos aterra la posibilidad de no ser alguien. ¡Qué horrible nos parece ser «nadie», carecer de identidad!
Nos vinculamos energéticamente unos con otros en un lugar más allá del tiempo y el espacio. Como estamos enredados con los demás (para usar términos cuánticos) y con frecuencia nos vinculamos por medio de emociones que tienen que ver con la supervivencia, cuando seguimos conectados a experiencias...
Published 11/17/24
El vacío: Si queremos que algo del exterior nos haga felices, no estamos siguiendo la ley cuántica. Estamos dependiendo de lo de fuera para cambiar lo de dentro. Si creemos que en cuanto tengamos el dinero para comprar más cosas seremos de lo más felices, lo estamos viendo al revés. Tenemos que...
Published 11/10/24