Contar los átomos de un cuerpo humano, sea famoso o no, requiere un esfuerzo notable. Dado que desintegrar a una persona en sus átomos constituyentes puede ser doloroso, hemos escogido al fallecido genio del pop Michael Jackson para que nos ayude y, además, nos anime con sus canciones. Para llegar al resultado ha sido necesario averiguar el peso del cantante, calcular el porcentaje de elementos químicos que componían su cuerpo en vida, determinar cuántos átomos de cada clase contenía y reunir todo en un resultado. Los cálculos nos han permitido, de paso, obtener el número de átomos que forman nuestros propios cuerpos.