Description
El Maestro chan Tsu Hsin y el poeta Huang Shan Ku eran buenos amigos. En cierta ocasión, el poeta pidió a Tsu Hsin
que lo iniciase en el secreto más misterioso del Camino.
-¿No has oído el viejo dicho de Confucio: «No me
preocupa el que los adivinos predigan mi verdadero futuro o no ... Sólo estoy seguro de algo y es de que mi destino se desarrollará según su propia voluntad»? Dime,
¿qué piensas de esto? -preguntó el Maestro.
Cuando el poeta Huang estaba a punto de responder,
fue detenido por un gran grito «¡no!», que lo dejó un
poco confuso.
Poco después, durante la estación de floración de las
moreras, los amigos estaban paseando en medio de las
montañas.
-¿No hueles la fragancia de las moreras en flor?
-preguntó Tsu Hsin.
-Por supuesto que sí.
-Ya ves, no te oculto nada.
Al oír esto, el poeta comprendió por sí mismo y empezó a expresar su agradecimiento al Maestro.
-Oh, Maestro, tu corazón es tan amoroso como el
de un abuelo ...