Comienza el tiempo de Adviento y esto se pone interesante. Nos vamos a preparar para la venida de Cristo. Pero atención, que esto exige alguna actitud. La Misa es una aliada perfecta para centrar esto bien. Es escuela. ¡Al lío!
Un sencillo consejo para vivir este Adviento que comenzamos: comprometernos a hacer bien hechas las cosas particulares, ordinarias y cotidianas que traemos entre manos.