Tu Tiempo con el Número Uno. 4ª Temporada, 9 de noviembre: No guardes silencio. Salmo 109:1 NVI: "Oh Dios, alabanza mía, no guardes silencio." Qué salmo más estremecedor escribe David, y como un ruego le dice a Dios: "Por favor, no guardes silencio, respóndeme, guíame, pero por favor, dime algo, háblame, Señor". Yo sé que en muchos casos, nuestras peticiones a veces no son claras ni para nosotros mismos, pero también nos damos cuenta de que en muchas situaciones de nuestra vida, parece que no pasa nada y Dios no nos dice nada, y no tenemos una dirección clara para seguir. Yo no sé cuál sea esa situación en la que Dios ha venido guardando silencio y no te ha dicho nada, pero de una cosa estoy seguro: el salmo nos muestra la respuesta y la manera como debemos pedir y clamar a Dios por una respuesta. (Salmo 109:1 NVI) "Oh Dios, alabanza mía, no guardes silencio". Y termina diciendo David en el salmo (Salmos 109:31 NTV): "Pues él está junto al necesitado, listo para salvarlo de quienes lo condenan". Ahí podemos entender que, aun en medio de lo que parece silencio de parte de Dios, Él no está haciendo más que obrar su perfecta voluntad en nuestras vidas y salvándonos en medio de nuestra necesidad. Vamos a orar: Como te amo, Señor, y como me haces descansar en ti, aun en medio de mi afán y de lo que percibo como silencio. Gracias por hablarme y por responderme, Señor mío y Dios mío. Solo me puedo dar cuenta de lo mucho que te necesito; no me dejes alejar de ti, ni mucho menos borrarte de mi vida, pues solo tú tienes palabras de vida eterna que me sacian y me enseñan a vivir como tú quieres que yo lo haga, en el nombre de Jesús. Amén.