Tu Tiempo con el Número Uno. 4ª temporada, 23 de noviembre. ¿Y para ti, quién prevalece? Isaías 5:20 NVI: "¡Ay de los que llaman a lo malo bueno y a lo bueno malo, que tienen las tinieblas por luz y la luz por tinieblas, que tienen lo amargo por dulce y lo dulce por amargo!" Es muy confuso y triste escuchar a personas que, en medio de las muchas opciones de vida que hoy se ofrecen para vivir, sin importar lo que dice la palabra de Dios, simplemente sobreponen sus argumentos por encima de lo que la Biblia dice, y además de eso, lo hacen con una actitud desafiante, orgullosa y descalificante. Si la palabra lo dice, deberíamos, por reverencia a Dios, permitir que sea la palabra la que prevalezca y no las ideas de este mundo, ni mucho menos las ideas nuestras, con la superficialidad y arrogancia que en la mayoría de los casos la caracteriza. Como lo dice el verso: "se llama a lo malo bueno y a lo bueno malo". Y la verdad es que terminan todos como lo sigue diciendo la palabra, en medio de tinieblas que no dejan ver, pues tienen a las tinieblas por luz y a la luz por tinieblas; a lo amargo por dulce y lo dulce por amargo. Yo no sé si al final de cuentas, tantas estupideces que se dicen y que se hacen, van a terminar siendo un trago amargo, como resultado de pordebajear, menospreciar y controvertir las cosas del Señor. Por eso, nos podemos hacer esta pregunta el día de hoy: ¿Y para ti, quién prevalece?, ¿el mundo y lo que hay en él?, o una conciencia de Dios plena, que al menos te lleva en reverencia a su presencia como el dador y creador de todo lo que somos y podemos llegar a hacer y ser. Vamos a orar. Perdón, Señor. Perdónanos por tanta ignorancia, arrogancia y ligereza de palabra, que nos lleva a menospreciar tu palabra y todo lo que tú eres. Hoy te pido que nuestros ojos puedan ser abiertos para verte y nuestro entendimiento despejado para encontrarte. No nos dejes caer en la tentación de la arrogancia, del menosprecio y el desprecio por lo tuyo, en favor de lo que el mundo promueve. Esto te lo pido en el nombre de Jesús, amén.