La causa que defiendes debe parecer más justa que la del enemigo. Hay un terreno moral en disputa, cuestiona los motivos de tus adversarios y hazlos parecer malos, con ello se busca reducir su base de apoyo y su margen de maniobra.
El terror es el medio supremo para paralizar el deseo de resistencia de las personas y destruir su capacidad de planear una respuesta estratégica. Se produce con esporádicos actos de violencia que producen una constante sensación de amenaza.
Todo intento por rendir a la gente a tu voluntad es una forma de agresión. La forma de agresión más eficaz es la más oculta: la agresividad detrás de un exterior dócil y hasta amable. Para seguir la estrategia agresivo-pasiva debes simular congeniar con la gente, sin ofrecer resistencia.