La anécdota de una compra de pan en una feria sirve para enseñar que el valor apreciado de un producto es más importante que el precio. Esto se logra a través de una buena comunicación para mostrar el valor único del producto y una experiencia de compra que no deje al cliente sintiéndose engañado. Los buenos vendedores entienden que es importante ofrecer un producto de calidad y a un precio justo, pero también que hay que saber contar una buena historia para que el cliente comprenda el valor único del producto y la experiencia de compra. Esto es lo que los buenos vendedores hacen para generar empatía y lograr que el cliente se sienta satisfecho con la transacción. Además, hay que recordar que ofrecer promociones especiales o descuentos no siempre es la mejor forma de aumentar el valor para el cliente. Porque si baja el precio tan rápido, ¿es que antes me estabas intentando cobrar de más si el valor se mantiene? Es por esto que los buenos vendedores se enfocan en comunicar el valor único del producto y generar una experiencia que lleve al cliente a disfrutar más de la compra. El problema real de una transacción comercial es el valor apreciado, no el precio. Esto se logra a través de una buena comunicación para mostrar el valor único del producto y una experiencia de compra que no deje al cliente sintiéndose engañado. Lo importante es que pienses en ello y saques tus propias conclusiones. Y recuerda que no siempre hay que vender mal.