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México es un país mágico en donde los ciudadanos así como decimos una cosa podemos decir otra. Y eso es lo que ha estado ocurriendo los últimos dos días después de que se conoció la sentencia que le dieron a Genaro Garcia Luna de 38 años de prisión por narcotráfico y delincuencia organizada. Los mexicanos que no toleran a los gringos, festejan hoy con gran fervor el hecho de que fueron ellos quienes lo detuvieron y lo enjuiciaron en los Estados Unidos. Ahora bien, todo el caso armado por la fiscalía norteamiericana estuvo basado en declaraciones de oídas por testigos protegidos, es decir, testigos que recibieron algún beneficio en sus sentencias previas por dar las declaraciones que llevaron a la determinación de culpabilidad de García Luna. No hay ni un sólo documento que demuestre que hay culpabilidad alguna por el ex secretario de seguridad de México. Si somos congruentes, tendremos que exigir que los demás involucrados en el caso tambien sean juzgados con el mismo sistema por las mismas autoridades. O sea, tenemos que exigir que Omar Garcia Harfuch y Andrés Manuel López Obrador también sean llevado a juicio por los norteamericanos y sean declarados culpables.
Me resulta chocante que los chairos hagan tanta alaraca por lo sucedido cuando en realidad México no hizo nada. El gobierno de Andrés Manuel López Obrador no hizo su trabajo al respecto y tuvo que esperar a que un gobierno extranjero lo realizara por su cuenta. Quiero aclarar que Garcia Luna no fué sentenciado por lo que hizo en México sino por el daño y las violaciones a las leyes norteamericanas. ¿Por qué tenemos que esperar a que vengan extranjeros a hacer nuestro trabajo? Ahora bien, los mismos testigos usados para el caso Garcia Luna declararon en el caso del General Cienfuegos, caso en el que Andrés Manuel sí intervino y solicitó su extradicion para juzgarlo en México con la única intención de dejarlo libre, como al final sucedió. Lo mas bizarro de todo es que después de liberarlo en el país todavía Andrés Manuel condecoró al general. Lo contradictorio es que las mismas declaraciones, de los mismos testigos, sean valoradas como verdaderas en una caso y luego festejadas mientras que en el otro fueron negadas e incluso actuamos para liberar al presunto culpable.
Felipe Calderon ya salió a decir en una entrevista que a él si le habían dicho de las trapalerias de García Luna pero que nunca tuvo pruebas fehacientes que lo llevaran a tomar una determinación diferente a las que tomó. Sin embargo, volviéndo a los chairos en México, éstos aseguran que Felipe Calderón está muy nervioso por lo que se le viene. Y ésto también está raro porque, si bien es cierto que Calderón tuvo una relacion laboral cercana con Garcia Luna, tambien es cierto que quien fuera el secretario particular de Garcia Luna tiene un mayor conocimiento que el expresidente de lo ocurrido y resulta ser que ése secretario particular era Omar Garcia harfuch. Pero no se investiga en México a Harfuch, lo que es entendible porque él es el secretario actual de seguridad en México, pero siéndo consecuentes, también deberíamos de entregarlo a las autoridades norteamericanas junto con Felipe Calderón y Andrés Manuel López Obrador. Para que determinen quien es realmente culpable o quien no.
En el caso de Garcia Luna, su declaracion de culpabilidad fue lograda gracias a los comentarios de muchos delincuentes que hoy se encuentran en estados unidos porque fueron extraditados por el gobierno mexicano de Felipe Calderon y que fueron apresados en México por las fuerzas federales bajo las órdenes del mismo Garcia Luna. Imaginen que hubiera un video de él saludando de mano a la mamá del Chapo Guzmán o alguno diciendo que el había ordenado que fuera liberado. O uno diciendo que los narcos tambien son pueblo y que no se les va a combatir hagan lo que hagan. La sentencia, creo yo, hubiera sido mayor. Probablemente cadena perpetua.