Desde hace tres semanas, que la defensa del presidente Pedro Castillo, acomoda el escenario para su nueva estrategia de defensa, respecto a las acusaciones sobre presunto tráfico de influencias en la polémica licitación de Puente Tarata III. Si antes, el discurso era de transparencia, ahora la maniobra es negarlo todo hasta el final. Así sea necesario, que el ministro de defensa Juan Carrasco, cambie de versión, nuevamente. O si se contradice a la misma cabeza del consejo de ministros, Mirtha Vásquez. Porque quien ahora tiene el micrófono, es el abogado del presidente, Eduardo Pachas.