Es común sentirnos abrumados por las demandas emocionales de quienes están a nuestro alrededor. Acostumbrarnos a aislarnos puede llevarnos a adoptar un patrón de conducta que nos convierte en personas desentendidas afectivamente de las relaciones
En los momentos más difíciles de la vida, en lugar de huir, es importante mantener la conexión con nosotros mismos; de esa forma, continuamos creciendo y fortaleciéndonos