El manejo de la DANA definitivamente tiene que ponerse bajo la lupa cuando pase la emergencia y las cosas se normalicen un poco. El reparto de culpas sobre la no activación temprana de la alerta cuando se sabía que el fenómeno se iba a producir. Si bien nadie podía asegurar que tendría este calibre, si advertían que la cosa no iba a ser una simple DANA más. Otro aspecto que llama la atención es la demora en el despliegue masivo del ejército a las zonas afectadas para ayudar en las labores de rescate.