Bajo promesas de una nueva vida en Castilla, Romasanta convence a Benedicta para emprender un viaje a través de los bosques gallegos, un paisaje hermoso pero implacable bajo la lluvia persistente. A medida que avanzan, el clima y el terreno se vuelven cada vez más desafiantes, y Benedicta comienza a sentir una creciente inquietud sobre su guía y el destino incierto que les espera.