En el umbral de un nuevo capítulo, es fácil dejarse llevar por la idea de "un año mejor". Pero este año nuestra visión va más allá de los próximos 365 días. No se trata de encender una llama fugaz, sino de avivar el don que Dios ha infundido en nosotros. En este mensaje de cierre de la serie "Mejores", Ps. Emmanuel nos anima a que este año todos seamos cuidadores diligentes del fuego del don que Dios ha puesto en nosotros, permitiendo que la poder de Dios, "porque Dios nos dio un espíritu, no de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio", nos guíe. El objetivo no es encender una llama efímera, sino alimentar un calor duradero que nos guíe, ilumine nuestro camino y reconforte a quienes nos rodean. Se trata de avivar las brasas de la pasión, la fe y el propósito con los que cada uno de nosotros ha sido bendecido.