Melanie Jost creció en una familia donde el arte se vivía con el corazón y se disfrutaba como pasatiempo. Le encantaba despertarse y correr al taller de su mamá, donde la música estaba a todo volumen y sabía que algo se estaba preparando. En el taller de su abuelo, el aroma a madera recién cortada y a aserrín presagiaban una nueva obra. Los años siguientes, se dedicó a ser maestra, profesión que llenó su corazón de color y amor. Las piezas del rompecabezas se fueron acomodando y todo fue encajando como si hubiera estado planeado desde un inicio.Puedo decir que ahora tengo dos grandes maestros en el arte: La resina, que me enseña a fluir, y al mismo tiempo a bailar a su compás con un tiempo que caduca velozmente, exigiéndome estar concentrada en el presente, en el aquí y ahora. Y el cuarzo. Que es belleza eterna, de la cual aprendí que cada ser viene con dones para ser entregados. Menciona Melanie. Que disfruten este episodio y no se olviden de seguir a Melanie en su instagram. https://instagram.com/melaniejost?igshid=MzRlODBiNWFlZA==