María también vivió esta soledad originaria, especialmente desde el momento en que el ángel le anunció que sería la Madre de Dios. Aprendamos a estar unidos a Dios como Ella supo hacerlo en todo momento.
Continúa el tema de la parte 1, recordándonos la meta de luz a la que estamos llamados, y cómo podemos ser cada día más como Jesús mediante la oración.