Se comparte la realidad esponsal que estamos llamadas a vivir todas las mujeres. Primero, Dios llena el corazón, como un verdadero esposo enamorado, luego podemos llevar ese amor a los demás.
Continúa el tema de la parte 1, recordándonos la meta de luz a la que estamos llamados, y cómo podemos ser cada día más como Jesús mediante la oración.