San Juan Pablo II nos ayuda a entender que lo más importante no es saber en qué pecamos sino por qué lo hacemos. Creo firmemente que esta visión ayuda a vivir la vida espiritual de un modo más positivo y lleno de esperanza.
Continúa el tema de la parte 1, recordándonos la meta de luz a la que estamos llamados, y cómo podemos ser cada día más como Jesús mediante la oración.