Practicar la alegrìa parece tan obvio que debería sorprendernos la poca atención que le prestamos. Hay innumerables oportunidades para regocijarnos todos los días, pero solemos darle más importancia a las malas noticias que a las buenas. Podemos elegir qué alimentar nuestros corazones y mentes simplemente prestando atención. Artìculo original de Amanda Obrian en Medium.com