En París fueron presentadas las propuestas de alta costura que invitan a dejar la uniformidad. La neerlandesa, Iris Van Herpen, presentó vestidos que parecían obras de arte sobre la pasarela. Bertrand Guyon, de Schiaparelli, combinó su colección, inspirada en la astronomía, con botas vaqueras. Julien Fouernie, estudió los colores de la isla de Lanzarote y la china, Guo Pei, le impuso modernidad a la cultura asiática. Cada pieza invita a salir de la zona de confort y a probar cosas nuevas.