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¡Que grandes motos fabricaba España en los años 60 y 70! ¡Qué pena que desapareciesen! He oído esto muchas veces. ¿Os habéis preguntado por qué desaparecieron Sanglas en 1982, Bultaco en 1983, Ossa en 1985 y Montesa, a partir de 1983 solo fabrica minoritarias motos de Trial? Os lo voy a decir de forma clara y directa, aunque a algunos les duela y aunque resulte polémico: No eran buenas motos.
Y no me olvido de otras. Algunas no tan españolas, como Ducati Mototrans o Puch Avelló que cerraron en 1984 o la españolísima Derbi que pasó a ser cien por cien de la italiana Piaggio en 2001.
España, tras la catastrófica Guerra Civil, se convirtió en una autarquía que la RAE define como
“un estado que intenta bastarse con sus propios recursos”. De España salían pocos productos para la exportación y prácticamente ninguno para la importación… en grandes cantidades, ninguno. Todas las marcas de las que hemos hablado surgieron en la dictadura y tuvieron su apogeo durante la misma. El estado español protegía a la industria nacional de la europea, americana y sobre todo, en el caso de las motos, de la japonesa… los grandes “players” de la época.
Motos y coches de importación entraban con cuenta gotas y con grandes impuestos que duplicaban su precio, lo que hacía que solo unos cuantos ricos pudieran comprarlos… porque los demás cobraban un sueldo entre 3 y 4 veces inferior al resto de los europeos más adelantados.
Las marcas españolas surgieron gracias a diversos emprendedores y aventureros, no nos engañemos, en general con más valentía que conocimientos. Y en muchos casos copiando, directamente, motos extranjeras, pero con materiales y tecnologías “Made in Spain” en esos años muy por detrás.
Hasta que la economía comenzó, llegó el Seat 600, remontar y los españoles de a pie ya no soñaban con una moto grande, sino con un coche pequeño. Justo es reconocer que las marcas españolas estuvieron rápidas y dejaron de hacer motos pensando en la practicidad y en el asfalto, para pasarse el ocio y al off road… España estaba peor que ahora, pero en cambio sí ibas por los caminos no era un delincuente, como ahora soy yo, por ejemplo.
Únicamente Ducati Mototrans y Sanglas hacían motos 4T de carretera, Ducati sus 250 y 350 Road y Scrambler y Sanglas la 400 T. Pero Sanglas aprovechó su absoluta “españolidad” para ser la proveedora del gobierno para la GC y otros usos, lo que fue una inyección económica para la marca.
Las motos españolas competían entre sí, no nos engañemos, tenían su personalidad, pero más o menos eran lo mismo, con los mismos proveedores de frenos, embrague, llantas, escapes, ruedas y plásticos para todos… Pero esas motos no resistían la más mínima comparación con las motos hechas fuera, sobre todo en Japón.
Todos veían que se acercaba un aperturismo económico, tontos no eran, y que sus motos, delicadas, frágiles e incomodas, no tendrían futuro… así que se lanzaron a buscar pareja, o sea, socio. Y así nacieron Derbi- Kawasaki, Montesa-Honda, Sanglas-Yamaha...etc. Pero aquellas marcas que se supone venían a salvar a las nuestras… acabaron devorándolas… ¿por qué?
Porque lo cierto es que las marcas mayoritariamente japonesas no vieron nada aprovechable en las motos ni en la tecnología que tenían las marcas españolas. Solo Montesa salvo su gama Trail… pero no nos engañemos, el mercado mundial de las motos de trial es de unas 10.000 motos al año… en un mercado de 60 millones de motos… una cuota de mercado del 0,016 por cien… un grano de arena en el desierto.
La industria japonesa arrolló a la española, pero también a la inglesa, a parte de la industria alemana, italiana y norteamericana. Pocas subsistieron y las que lo hicieron fue gracias a una fuerte imagen de marca, a un mercado propio muy fuerte…y no nos engañemos, a unas motos mejores que las nuestras. Porque comparar una BMW, una Ducati o una H