Hoy analizamos una de las parábolas más bellas que Jesús nuestro Señor nos ha regalado para hacernos ver qué Dios es rico en misericordia y ama a todos sus hijo, aguardando con ansias el regreso de quienes están lejanos.
Hoy seguimos está vocación de Dios que nos ama a una misión: la misión de anunciar su amor y su paz en un mundo que tiende a rechazar la luz de la verdad.