Hoy entendemos que tenemos un solo Dios a quien hay que seguir para vivir una vida plena, Dios trino y uno es nuestro destino final, pues estamos llamados a volver a la casa del padre.
Hoy seguimos está vocación de Dios que nos ama a una misión: la misión de anunciar su amor y su paz en un mundo que tiende a rechazar la luz de la verdad.