Un hombre alcohólico tuvo dos hijos, los maltrataba y también a su madre, cuando crecen los hijos, uno de ellos se convierte en alcohólico y el otro en un hombre de bien, con una familia estable, enfocado en buscar a Dios y haciendo todo respetuosamente. Alguien que notaba la gran diferencia entre los hermanos, se atrevió a preguntarle al primero, por qué era alcohólico y él le respondió que su razón fue su papá, quien era así y solo les dio ejemplo de malas conductas. Al preguntarle al otro hermano, que le había motivado a ser un hombre con tantas virtudes, y valores, su respuesta fue que al recordar la maldad de su papá y el maltrato que le dio, entendió que no quería eso en su familia y para evitar que se repitiera aquel cuadro decidió tomar el camino correcto. La decisión que ellos tomaron no dependió de la actitud de su padre, sino del punto de vista que cada uno tuvo frente al acontecimiento.