Él sólo quería empezar de cero una nueva vida en las colonias exteriores. [semispoilers] Fue publicado por primera vez en Playboy en 1980 con el título “Frozen Journey” (t. Viaje Congelado), es por lo tanto uno de sus últimos relatos :’(el último es “Alien Mind” que también tiene que ver con lo horrible de los viajes y la exploración espacial). En los contenidos de la revista se podía leer: “Hablando de cautivos, imagínate atrapado en una caja de medio metro de ancho y metro ochenta de alto, medio despierto y de camino por un viaje a través del espacio que llevará diez años. Ese es precisamente el horror que el trágico héroe de Philip K Dick enfrenta en Frozen Journey, ilustrado por Pater Sato. Esta es la primera aparición en playboy de Dick, el reconocido autor de más de treinta novelas de ciencia ficción (su más conocida es El Hombre en el Castillo). Es duro ser neurótico, incluso con abundantes distracciones mundanas y un buen psiquiatra. Pero cuando se te está yendo la olla dentro de una nave espacial con sólo un ordenador para ayudarte volverse loco es un respiro” Qué horrible se pasa en un viaje laaargo laaargo cuando vas incómodo. Aunque le falten atributos para dejar de ser uno de los más de cien relato que Dick escribió me parece un excelente cuento de ciencia ficción, me encanta. No sé si la idea central sobre la que Dick quería hacer pivotar la trama es el concepto de culpa o la horribilidad horrible de viajar incómodo durante varias horas. El tema de estar en un tanque de hibernación, de crioéxtasis (oh, cómo suena) pero consciente recuerda el horror decimonónico de ser enterrado vivo o estar en coma (referencia obligada “Jhonny cogió su fusil”). Es total que el ordenador y Kemmings puedan hablar-pensar. El ordenador está conectado al sistema nervioso del hibernado, pudiendo controlar sus inputs sensoriales (con inputs falsos), se entiende que para estimular los cerebros y que no se deterioren durante la hibernación debido a la prolongada deprivación sensorial. Es matrix total, es un tipo de realidad virtual. En el “duermevela”, antes de entrar en las realidades suministradas por el ordenador, Kemmings ve lucecitas y colores. Es como las alucinaciones hipnagógicas (o hipnopómpicas, nunca recuerdo cuáles eran). Poder pasar ese tiempo sumergido en recuerdos suena como un plan genial: aunque cuántos en realidad podríamos superar esa prueba? Es realmente el caso de Kemmings una excepción porque ya es muy neurótico de casa? Cuantos tenemos recuerdos que nos harían volver locos? Si no puedes vivir en tus recuerdos mal plan, mala vida habrás tenido, no? Así que es un triste razonamiento el de Dick. Es gracioso cómo el robot a veces tiene que acabar haciendo de psicoanalista (como cuando se manifiesta como una voz al Kemmings infantil pre-trauma o como robot-médico en el hotel, o… como Martine? :) aunque no quiere. Por cierto otra referencia muy reciente el capítulo de Black Mirror Especial de Navidad (2016 creo), contiene eternidades virtuales en un instante. Y otra referencia sobre la dura prueba de aguantar mucho tiempo en soledad, que creo que ya traje hace mucho. En la Guía del autoestopista de la Galaxia se habla de un personaje inmortal que tuvo que afrontar vivir eternamente y la congoja/aburrimiento que genera, pero que se le fue dando bastante bien; lo tenía casi todo controlado y lo hubiera conseguido (no enloquecer y llegar al final del cosmos) de no ser por las tardes de domingo. Genial, siempre me acuerdo. Bueno, al grano, comentar el tema de la culpa y la exploración psicológica. En este caso empezamos situándonos en lo que debería ser un buen recuerdo. Pero si ese recuerdo es de una relación terminada, de lo que te arrepientes, no puede tornarse en algo horrible? Y si esa realidad virtual es generada por el subconscien