El camino divino es siempre tuyo, no es tu recompensa por vivir una buena vida o por ser fuente de luz para el mundo. La divinidad no mora en el cielo ni en el más allá. No es parte del lejano reino de la Fuente o Dios o más allá. Eres un Ser Divino que ha sido elegido para entrar en la limitación de la humanidad para integrar tu divinidad con tu humanidad y así volverte una expresión integrada de Dios como humano. El sufrimiento existe porque la conexión con la divinidad es limitada. Cuando aceptas tu divinidad en cada momento haces que cada momento sea una expresión externa de lo divino que hay en tu interior y elevas cada experiencia a la frecuencia de lo divino. Tu divinidad no requiere de santidad. Es una expresión de la totalidad de tu ser, humano y espiritual, y no tiene nada que ver con la religión o con el merecimiento. Es algo que siempre ha estado ahí, esperando para que te reconectes. Al reconocer tu divinidad, recuerdas que eres Dios e igual a Dios y atraes esa energía al aquí y ahora. Eres una emanación de luz de la Fuente y nunca puedes desconectarte de, ser menos que o no ser merecedor de ella. No hay precio, sufrimiento o espera como requisito para la conexión con tu Fuente. Aquellos que creen que Dios está separado o alejado de la humanidad simplemente están desinformados. Dios está en ti y en todas partes. Eres lo divino y eres divino. Puedes elegir vivir cada momento como una expresión de tu divinidad o como humano intentando ser lo suficientemente merecedor de ser divino. (…) (…) (…) Cuando vives como ser divino expresas tu divinidad en todo lo que haces e invitas al Universo a participar creativamente y a la par en todo. Esa es una afirmación de tu fe, tu conexión con la Fuente y tu disposición para recuperar tu divinidad y vivir como un ser espiritual en control de su realidad, dispuesto a experimentar el mundo desde la divinidad en cada instante. Reincorpora tu divinidad recordando que eres divino e invócala en todo momento. Cuenta con la satisfacción de tus necesidades, el cumplimiento de tus sueños y con que tu realidad sea reflejo de los anhelos de tu corazón. Así es como uno recuerda que es divino y actúa como un ser divino desde la propia divinidad. Jennifer Hoffman https://enlighteninglife.com Traducción: Ana Tallon