Description
“Tengo definida mi vida hasta el último minuto de mi existencia: será para Nazca. El tiempo será poco para estudiar la maravilla que encierran las pampas, allí moriré”…
María Reiche nació el 15 de mayo de 1903 en Dresden, Alemania. Fue la mayor de tres hermanos y, tras superar las primeras etapas de su educación, estudió matemáticas, geografía y física en la Universidad Técnica de Dresden y en Hamburgo, de la cual se graduó en 1928.
En 1932, viajó a Cuzco, Perú, para trabajar como tutora privada de los hijos del cónsul alemán en esa ciudad. En ese periodo Maria se trasladó a Lima, donde dio clases de inglés y alemán, además de traducir textos, entre los que se encontraban algunos redactados por investigadores como Julio C. Tello y Paul Kosok quien, luego, la contrató como asistente y la llevó a Nazca por primera vez en 1941.
Las líneas de Nazca habían sido descubiertas en la década de 1920 y Kosok llevaba algún tiempo estudiándolas antes de contratar a Maria como su asistente.
Los dos investigadores iniciaron la tarea de explorar, estudiar y medir los dibujos realizados por los nazcas. El propósito de los creadores de esas líneas era un gran misterio y habían sido propuestas varias hipótesis. Maria y Kosok desarrollaron su propia teoría: las líneas se trazaron siguiendo las constelaciones y eran como una especie de mapa estelar.
Cuando Kosok abandonó Perú en la década de los 40, Reiche se quedó en el desierto. Al desierto le dedicó su existencia en solitario: investigar, elucubrar, descubrir, limpiar, cuidar y conservar algo considerado, hasta el día de hoy, como un misterio indescifrable.
Sobre una escalera de mano y con cinta métrica, una brújula, una escoba, una libreta de mano y su mente matemática, María Reiche midió casi 50 figuras y mil de estas líneas e investigó su orientación astronómica. Fue esa escalera la que le dio un punto de vista que quienes estábamos en el suelo no teníamos.
En una carta a su madre Maria escribió: “Es posible que viva algunos años más en el completo anonimato, hasta que el destino me considere digna de asignarme la tarea que ha determinado para mí, aquella tarea para la cual he nacido (…) yo creo que se trata de un trabajo específico para el cual me estoy preparando inconscientemente, formándome y aprendiendo”.
La artista rusa Masha Ru lleva más de 10 años coleccionando muestras de tierra comestible.
Su Museo de la Tierra Comestible, con sede en Ámsterdam pero con vocación itinerante, reúne más de 400 muestras de 34 países diferentes.
Sus catas de tierra han despertado el interés de gentes del mundo...
Published 04/21/23
El característico color rojo de los residuos mineros extraídos en la Gran Montaña de cobre de Falun, en Suecia, marcó a partir del siglo XVII la tonalidad de las pinturas aplicadas en las construcciones de madera en la región escandinava.
La pintura sueca, también conocida como pintura de...
Published 03/18/23