Description
No existe mayor gozo que ver a Jesús en brazos de su Madre. En esta meditación, Abelardo de Armas nos invita a abandonarnos y a entregárselo todo; a darle nuestro corazón donde está todo lo que eres y lo que tienes. El abandono es el final del camino de perfección de los santos. Abandonarse es, pues, empezar por donde ellos acabaron.