En las prisas cotidianos, en la era de la comunicación digital, postergar lo importante no es algo que nos haga ser mejores. Este año me enseñó a tener
Presente que el amor se expresa en todo momento sin dilación.
Identificar a los “doble cara” sin buscar juzgar sus acciones nos permite reconocer nuestra propia honestidad y coherencia. No podemos controlar la autenticidad de los otros pero si la
Nuestra. Al final este tipo de encuentros nos formalicen y nos hacen valorar más a quienes actúan con honestidad.