Alguna vez hablamos sobre la posibilidad de añadir un tercero a nuestro juego, le plantee que fuera un hombre y pareció no tener problema con que así fuera, ella estaba en esa edad dónde quería probarlo todo ¡me encantaba la actitud de esa mujer!
En medio del bullicio, el "regalo especial" que mis amigas me habían preparado iba llegando a la discoteca: una deliciosa sorpresa de complexión atlética, muy alta, con una sonrisa que derretía.