Yo realmente estaba muy entusiasmada porque ya eran cinco años de nuestra relación, pero quería algo diferente, algo que pudiera sacarnos de nuestra rutina.
En medio del bullicio, el "regalo especial" que mis amigas me habían preparado iba llegando a la discoteca: una deliciosa sorpresa de complexión atlética, muy alta, con una sonrisa que derretía.