Description
Conversaremos en este capítulo acerca de la pulsión de muerte, y cómo el ser vivo preserva su propia vida destruyendo la ajena; tanto fenómenos normales como patológicos derivan de la pulsión destructiva, siendo las pulsiones de muerte inherentes a lo vital. Es irreductible este componente y paradojalmente ineludible su servicio a la vida. Sin embargo, sino se liga con la pulsión de vida, conduce a lo peor, contra el otro y contra sí mismo.
Abordaremos además de qué se trata el “odio al goce del otro”, situando que a más empuje a negar la radical diferencia del otro, más rechazo como contraparte; cuanto menos aceptación de la otredad, más retorno bajo el modo del odio y de la ferocidad contra el otro, en tanto odiar lo oscuro propio y trasladarlo al otro, puede estar al servicio de mantener la imagen unificada y bella de uno mismo.