En Mateo 4:1-11, Jesús es llevado al desierto por el Espíritu Santo después de su bautismo. Allí, pasa cuarenta días y cuarenta noches ayunando y orando. Durante este tiempo, Satanás se le acerca y trata de tentarlo en tres ocasiones: Primera tentación: Satanás le sugiere que convierta las piedras en pan para satisfacer su hambre, pero Jesús responde citando las Escrituras, diciendo que el hombre no vive solo de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Segunda tentación: Satanás lleva a Jesús al pináculo del templo y le insta a lanzarse desde allí, confiando en que los ángeles lo salvarán. Jesús responde nuevamente con las Escrituras, diciendo que no se debe poner a prueba al Señor. Tercera tentación: Satanás lleva a Jesús a una montaña alta y le ofrece todos los reinos del mundo si lo adora. Jesús rechaza esta oferta, afirmando que solo se debe adorar a Dios y servirle. Después de estas tentaciones, Satanás se retira, y los ángeles vienen a ministrar a Jesús. Este pasaje ilustra la fortaleza y la fidelidad de Jesús al resistir las tentaciones de Satanás y enfatiza la importancia de depender de la Palabra de Dios para enfrentar las pruebas de la vida