(Entrevista de Manuel Sollo). La autobiografía de Woody Allen, “A propósito de nada”, se ha convertido en uno de los libros esenciales de esta temporada literaria postconfinamiento. A sus 84 años, el genial director de cine exprime su memoria para repasar una atribulada vida de éxitos, al modo de sus cincuenta películas, con un caudal narrativo de tono crepuscular que revela la historia personal y artística de un personaje misántropo, alejado de los parámetros culturales al uso. Niño prodigio y adulto neurótico, narra su infancia y adolescencia en Brooklyn, donde descubre el comic, la radio y la magia del cine y del espectáculo; cuenta una juventud en la que se forja junto los mejores guionistas y cómicos, y el posterior triunfo como humorista, escritor y cineasta. Pero tras década de silencio, en este relato de aliento final, Allen se ve impelido a defenderse de las acusaciones de su exesposa Mia Farrow y su hija adoptiva Dylan, que le denunciaron por presuntamente abusar de la niña cuando tenía siete años, en 1992. El caso ha sido rechazado por dos investigaciones judiciales en Estados Unidos. El autor lo achaca a una venganza de Farrow por emparejarse con Soon-Yi, hija adoptiva de su entonces mujer, con la que lleva 21 años casado. La polémica llevó a la poderosa editorial Hachette a negarse a publicar las memorias de Woody Allen, que en España edita Alianza. Con su directora, Valeria Ciampi, dialogamos.