(Entrevista de Manuel Sollo). Una mujer de cuarenta años, Irune, atrapada en el silencio y la soledad, en los recuerdos de unos padres ya fallecidos y una fábrica que se derrumba. Entre el miedo a la enfermedad y la misantropía, nada hay afuera que conmueva a este personaje femenino que protagoniza “Los últimos románticos” (Seix Barral), la nueva novela de Txani Rodríguez. Pero las enseñanzas de la madre ausente la impulsarán a recuperar los viejos cuidados del barrio, a preocuparse por su anciana vecina Paulina y a enfrentarse a los malos tratos que sufre. La memoria del padre alzado contra la desindustrialización la empujará a sumarse a un grupo de huelguistas y a reivindicar la solidaridad obrera perdida. Una voz suspendida en el éter la transportará a viajes imaginarios y a un amor improbable, como ocurre casi siempre con los sueños; salvo que alumbre una segunda oportunidad. Todo transcurre en un pueblo sin nombre cercano a Bilbao, que podría ser el Lloido natal de la autora. Allí nació en 1977 y allí ha escrito ésta su cuarta novela.