(Entrevista de Manuel Sollo). La realidad de la Cuba revolucionaria y su consiguiente diáspora, sea como emigración o exilio, sustentan la obra de Leonardo Padura. Ahora, extiende su relato a través de las casi 700 páginas de “Como polvo en el viento” (Tusquets). En un arco de más de 25 años, desde 1989 a 2016, narra la historia de su generación a través de un grupo de amigos que se autodenominan El Clan y las consecuencias en sus hijos. Todos sufren las carencias del llamado Periodo Especial, la grave crisis económica que causó en la isla en los 90 la caída de la Unión Soviética. A través de una docena de personajes y otros tantos escenarios de todo el mundo, el autor, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2015, indaga en las razones de los que se quedaron y en las de los que salieron del país, el creciente desapego político en favor de impulsos personales y económicos, los que reniegan del origen y los que, aún fuera, quedan prendados para siempre de la nostalgia y el desarraigo. No escatima ni las experiencias de corrupción y represión interiores, ni el doloroso aprendizaje de llevar la memoria y la vida como un caracol la casa. El pasado regresará de pronto en una trivial foto de Facebook y obligará a los protagonistas a afrontar sus secretos, sus huidas, sus miserias y anhelos. El resumen al fin de unas vidas que no fueron como soñaron. Un embarazo, una desaparición repentina y un presunto suicidio, que aportan intriga a la trama, dejaron aquel puzzle sin encajar y tendrán su resolución en el presente. Porque, como dice el personaje de Bernardo, vamos “de derrota en derrota, hasta la victoria final”.