(Entrevista de Manuel Sollo). Una mujer en la treintena, con un trabajo precario, se instala en un pequeño poblado rural, La Escapa. Nat huye de un suceso menor, gratuito e intrascendente, que sin embargo marcará su vida. Allí, atenazada por inseguridades interiores, desconfiada hacia el exterior, trata de buscar su lugar y encontrarse. Sara Mesa cuenta este viaje al fondo de una personalidad turbadora en “Un amor” (Anagrama). La protagonista ansía mantener su atractivo para los hombres y se sorprenderá a sí misma cuando inicia una relación que primero es contractual y luego crece como un deseo irrefrenable y posesivo. A la vez, habrá de afrontar las tensiones con los vecinos de esa comunidad que presiona para imponer sus reglas al forastero, que puede aceptarlo o excluirlo, que podría crear un chivo expiatorio. De fondo, palpita la relación individual y colectiva con el poder.