Todos merecemos necesidades básicas como una familia amorosa, comidas saludables y acceso a una excelente educación. Pero también somos merecedores de experiencias o cosas que deseamos. ¡Nuestros deseos hacen nuestras vidas vibrantes!
Nuestras palabras tienen peso. Cuando decimos o hacemos algo que lastima a otros, debemos disculparnos por ello. Ofrecer condolencias les muestra que queremos que se sientan mejor y que sus sentimientos importan.