Ser amable es fácil. Puede ser recordar a los amigos lo inteligentes que son, o limpiar después de una cena familiar. Elijamos hacer y decir cosas cariñosas por los demás.
Nuestras palabras tienen peso. Cuando decimos o hacemos algo que lastima a otros, debemos disculparnos por ello. Ofrecer condolencias les muestra que queremos que se sientan mejor y que sus sentimientos importan.