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Siempre en cada herida queda secuelas, y una de ellas es la falta de perdón, el mundo te dice: Véngate, devuelve lo mismo, pero Jesús te dice:
Mía es la justicia, y solo nos queda saber perdonar, y perdonarnos a nosotros mismo por haber permitido muchas cosas que nos han herido.
Hoy Dios nos invita al acto más valiente y sanador.
Poner nuestros ojos en Dios, en tiempos donde la distracción está por todos lados puede resultar un poco difícil pero créeme vale la pena mirarlo, contemplarlo y amarlo. Rendirnos ante la mirada de Dios es hermoso, porque el fijó su mirada primero en nosotros.
Published 10/17/24
Después de identificar algunas de las muchas heridas en nuestra infancia, que hemos arrastrado a nuestra vida adulta, podemos hacernos la siguiente pregunta: ¿Cómo puedo sanar?
En esta segunda parte veremos algunos pasos que nos ayudaran en nuestro proceso de sanidad con la ayuda de Dios.
Published 10/03/24