Opus nigrum, de Marguerite Yourcenar.

Lavado, Depilación y Limpieza de Cutis, de María Teresa Andruetto.

Caín, de Fredric Brown.

Los monstruos, de Ricardo Mariño.

Tarde y crepúsculo, de Julián Ayesta.

Nadie nunca nada, de Juan José Saer.

Los monstruos, de Ricardo Mariño.

El 4 de noviembre de 1963, en el Teatro Príncipe de Gales, tenía lugar una nueva edición de la Royal Variety Performance, una especie de gala artística para la familia real abierta al público. Ese año el cartel incluía a los más populares artistas británicos del momento, como Pinky y Perky, dos chanchitos animados de un programa infantil de la televisión, el elenco del musical La Bella Durmiente y, por supuesto, a Los Beatles. Pero también a números internacionales como el conjunto...

El amigo, de Manuel Mujica Lainez.

Wunderbare katastrophe, de Pablo Ramos.

Alce, de Saki.

Tiempos difíciles, de Charles Dickens.

El guardagujas, de Juan José Arreola.

Atiguibas, de Julio Ramón Ribeyro.

Pequeños propietarios, de Roberto Arlt.

Tinajones, de Revas Mishveladze.

Amalia, de José Marmol.

La hechicera de Times Square, de Ellery Queen.

Tifus, de Anton Chejov.

Funes el memorioso, de Jorge Luis Borges.

Transición, de Algernon Blackwood.

Poldi, de Carson McCullers.

Un Altar Para La Madre, de Ferdinando Camon.

La ventana, de Clara Obligado.