La comparación nos roba la alegría. Estar constantemente comparándonos con la vida de otro y permitiendo que esto defina nuestra satisfacción con la vida, nos privamos de aquello que el Señor ha soñado para nosotros. En ocasiones olvidamos que la vida es un caminar juntos y no una carrera. no gana el que llega más lejos, gana el que es verdaderamente feliz viviendo en a voluntad De Dios.
Published 02/22/24