María Guadalupe Aguilar Jáuregui: Fundadora del colectivo FUNDEJ (Familias Unidas por Nuestros Desaparecidos Jalisco) Una de las miles de madres buscadoras que luchan a diario en nuestro país. Qué historia tan dolorosa la de la señora Lupita. Jamás voy a olvidar cómo me sentí durante cada minuto de este episodio. Varias veces estuve a punto de ponerme a llorar junto con ella; y es que la señora Lupita busca desesperadamente a José Luis Arana, su hijo, el de los ojitos azules. Lo busca y le llora como si ayer hubiera recibido la llamada de su otro hijo preocupado porque José Luis no llegaba a donde habían quedado de verse; pero en enero del próximo año, José Luis va a cumplir 14 años de estar desaparecido. La señora Lupita no ha dejado de buscarlo ni un solo día desde aquel 17 de enero del 2011 en el que salió en su carro a buscarlo por todo el camino que él pudo haber andado. Al día de hoy, la señora Lupita no sabe qué fue de José Luis. La señora Lupita encuentra su fuerza en el recuerdo de la mirada de su hijo y en la promesa que les hizo a sus nietos de que encontraría a su papá y se los traería de regreso a casa. La señora Lupita no se perdona que no pudo cumplir con su promesa, pero no se detiene y agarra fuerzas de su interior, de lo poco que la mantiene viva, y asume la responsabilidad de buscarlo ella misma en la SEMEFO y se pone sus guantes para revisar cuerpos irreconocibles en la búsqueda de una señal o característica que le diga que ese es su hijo, que ya no tiene que buscar más. Lo busca en basureros, en hospitales, en psiquiátricos, albergues, al borde de carreteras y donde pueda imaginar que se lo pudieron haber dejado. La señora Lupita no encontró su causa y su lucha; su lucha la encontró a ella, y no tuvo otra opción más que enfrentar y pelear, como solo una madre puede hacerlo. Tienen que escuchar el episodio completo para poder dimensionar el dolor de estas familias, pero sobre todo, para que nos demos cuenta de cómo, a pesar del miedo, de la angustia, del sistema y del dolor, siempre somos más los buenos.